jueves, 22 de marzo de 2018

Martes 27 de Febrero del 2018


Un día más, Juanfra nos ha puesto un vídeo, esta vez sobre un alumno con TDAH que sale diciendo que se aburre en clase, se distrae y no está suficientemente motivado como para atender.
Y volvemos a la misma cuestión de siempre en referencia a la docencia de hoy en día: ¿Realmente los profesores/as a día de hoy, ayudan a los niños/as respecto a sus características personales? ¿Se les ayuda y se les motiva de una manera para que ellos aprendan mejor?
La respuesta para mí es no. Vale que ha habido cambios a lo largo de la historia de la docencia con el tema de los niños/as con necesidades especiales. Antes se les repudiaba y poco a poco fueron teniendo un lugar en la sociedad y ya se buscan ayudas para mejorar su situación. Pero es que hoy en día, hay niños/as que pasan totalmente desapercibidos, y recorren todo el ciclo de primaria hasta llegar a la ESO, sin la ayuda de ningún especialista (o no cuentan con la ayuda suficiente), y cuando llegan a esa etapa ya no hay vuelta atrás, su situación se ha agravado y lo que se podía haber parado/disminuido desde bien pequeños/as, te encuentras con que tiene 13 años y ya casi no se puede hacer nada por él/ella (sí que se puede, pero me refiero a que no es lo mismo a una buena atención temprana).
También surgieron preguntas en clase como: Nosotros, alumnos del 2 año de la carrera de magisterio infantil, si el día de mañana nos encontramos con la situación de llegar el primer día de trabajo a un centro escolar y nuestro superior nos diga “Tú ante todo, si ocurre alguna situación diversa a lo común, ver, oír y callar” ¿Qué haríamos? Pues personalmente, yo no voy a hacer nada que vaya en contra de mi voluntad y si algo me parece que no funciona correctamente, lo voy a decir, y voy a hacer lo necesario para que se mejore. ¿Si me quieren echar? Que me echen, ante todo van mis principios y las necesidades de mis niños/as, porque si no miramos nosotros como sus tutores/as por ellos/as, nadie lo va a hacer; ¿Si no me echan, pero mis compañeros me hacen la vida imposible? Me da igual, voy a estar al pie del cañón, porque si todos nos dejáramos llevar por el mismo sistema que está fallando en cuánto la atención a los alumnos/as, la cosa no cambiaría, y llegaríamos al siglo 23 con la misma situación, y si no aportamos nuestro granito de arena, la cosa no va a cambiar, tiene que haber gente que empiece a revolucionar el método actual por uno que sí que vaya dirigido a los pequeños/as, no basarnos en la comodidad y en la zona de confort. Si no, nos estancaríamos como ya he dicho. Debemos tener una libertad de cátedra, una pequeña potestad. Como dice Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.

Y por otro lado ya entrando en materia, paradójicamente hemos empezado con el tema de “la materia”. Juanfra nos hizo nombrar cualquier objeto, material o sustancia en parejas y que sean “opuestas” para que viésemos que tienen en común. Dijimos cosas como el agua y el aceite, la sal y el azúcar, el hierro y la madera, el agua y el vapor, etc. Pues, lo que tienen en común, tras un largo pensamiento en mi cabezita sin llegar a nada en clase, es tan fácil como que todos ocupan un lugar en el espacio (tienen volumen), y que todas ellas pesan (tienen masa).
Y yo me pregunté… ¿El vapor cómo es que pesa? Pues sí, los gases pesan. Hicimos la prueba con un globo. Cuando estaba deshinchado pesaba 1,4; y cuando estaba hinchado 1’6. Es más, Juanfra lo que hizo para que tengamos más certeza sobre ello y para demostrarnos que el aire pesa, fue impulsar el aire con la palma de la mano hacia la balanza pero sin llegar a tocarla, y efectivamente, pesa 0’8 (la suma del impulso más el aire que ya está alrededor de la balanza).
Y para finalizar la clase, Juanfra nos repartió a cada grupo cuatro fichas (dos en las que aparecían triángulos, cuadrados, círculos y rectángulos; otra dónde aparecían utensilios y una de animales). Lo que nosotras debíamos hacer era, en las tres primeras que he nombrado, buscar todas las posibilidades de clasificación posible (por ejemplo, en las dos primeras fichas se podrían clasificar por figuras geométricas, por lados, por tamaño, por color, etc). Y para la ficha de los animales, ya estaban clasificados en tres apartados y nosotras debíamos encontrar la clasificación global de esos tres. Esta fue la ficha que más nos costó a mi grupo porque la verdad que era complicada, y luego resulta que era lo más sencillo: estaban clasificados según lo que comían. Lo que pasa que en la parte de los carnívoros nosotras nos liamos porque aparecía un pez, pero resulta que hay peces carnívoros y eso yo no lo sabía. También nos liamos con que en la parte de los omnívoros aparecía un pájaro, y claro nos preguntamos lo mismo, si un pájaro come carne. Y Juanfra nos dio la respuesta, efectivamente comen pequeños gusanos e insectos.
Así que me he dado cuenta con esta actividad que esto muy verde con el tema de la alimentación de animales. Si es que… ¡hace muchísimo que no doy estos temas!





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